Querido Muso

Querido Muso:

Estoy tratando de encontrarte
en cuadernos olvidados,
en archivos sepultados,
en recuerdos perdidos en el aire.

¿Te acuerdas de nuestras noches juntos,
escribiendo versos paso a paso
y de los días en los caminábamos
por las novelas de la mano?

¿Recuerdas nuestras risas y llantos,
las manos llenas de sangre,
y el cuerpo temblando
al son del de los personajes?

Las historias que vivimos juntos,
Muso, mi Muso,
y que nunca sabrá nadie...

Los poemas en los que tú guiaste mis manos,
los latidos de mi pecho y los sollozos silenciados
por un orgasmo mudo del placer
que daba el saber que tú eras mi amante...

Muso...
Muso...
Sé que estás esperándome.
Como siempre lo has hecho,
amigo fiel y paciente.

Muso...
Muso...
Una vez más te busco.
Déjame encontrarte.

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