Tengo un pajarillo
en el pecho.
Tengo un pajarillo
encerrado
entre mis huesos.
Él pía.
Pide algo.
¿Agua?
¿Comida?
¿Por qué cantas?
Pajarillo, ¿qué te pasa?
Se mueve,
inquieto,
y mira entre los barrotes.
Son mis costillas su cárcel,
cárcel de sentimientos.
Y el pajarillo pía,
pía el pajarillo
sin saber que su trino
nunca será escuchado,
nunca será oído
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